¿Qué es la hipermetropía?

La hipermetropía es un error refractivo común en la salud visual. Sucede cuando el ojo no enfoca la luz adecuadamente. Es decir, la visión hipermétrope es más clara a distancia, pero borrosa de cerca. Este proceso afecta en cómo las personas perciben su entorno.

¿Cómo son los ojos con hipermetropía?

Los ojos con hipermetropía tienen características que revelan un enfoque visual particular. Se manifiesta a través de dos factores esenciales:

  1. Longitud axial del globo ocular más ocular: este es el primer rasgo distintivo. La distancia entre el vértice corneal y la retina es menor en comparación con los ojos que no padecen esta afección.
  2. Capacidad dióptrica insuficiente: la potencia dióptrica del ojo, moldeada por la córnea y el cristalino que enfocan las imágenes también es afectada. Cuando la córnea o el cristalino carecen de la potencia requerida, la capacidad dióptrica se reduce. Estas dos características desencadenan la visión borrosa de objetos cercanos.

Síntomas de la hipermetropía

La hipermetropía se manifiesta con signos que afectan a la comodidad visual y calidad de vida:

  • Visión borrosa, especialmente en objetos cercanos.
  • Cefaleas y fatiga ocular después de realizar tareas que requieran visión cercana como leer o estudiar.
  • Lagrimeo, picores y enrojecimiento ocular, resultado del esfuerzo visual.

Estos síntomas surgen por el esfuerzo constante que se realiza para ver con claridad. Sin embargo, en niños y niñas con hipermetropía moderada los síntomas puedes ser más sutiles:

  • Dolores de cabeza.
  • Frotarse los ojos con frecuencia.
  • Desinterés en la lectura.
  • Dificultad para leer.
  • Posibilidad de estrabismo.

¿Cómo ve una persona si tiene hipermetropía?

Imagina un mundo donde la visión de cerca y lejos se desdibuja constantemente. Las personas con hipermetropía experimentan esa sensación, que a menudo, evita el uso de gafas los primeros años. Esto se debe a la «acomodación», ya que la persona se acostumbra a ver los objetos nítidos sin ayuda.

Pero con el paso del tiempo, esta destreza se debilita, luchando por enfocar objetos cercanos y distantes. Parece como si la nitidez visual fuera un equilibrio que se desvanece gradualmente, hecho que engaña al ojo dando la impresión de que la hipermetropía aumenta con la edad.

La distinción clave es que quienes padecen hipermetropía y utilizan gafas pueden ver con claridad tanto de cerca como de lejos.

 

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